«Esta nueva era y sus gigantescos desafíos sociales, económicos y medioambientales exige nuevos enfoques y soluciones innovadoras en todos los campos del conocimiento. Necesitamos nuevas propuestas, nuevas ideas y mayor creatividad, pero, sobre todo, necesitamos aliento y esperanza.»

Dr. Antonio Pulido
Presidente Fundación Cajasol
Académico de Número de la RAED

«Prólogo»
Retos Vitales 2022

Capítulo V
Resiliencia urbana

Presentación

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el ODS 11, centra su visión en la idea de «lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». Como principal epicentro de las transformaciones mundiales, los centros urbanos deben ser sostenibles, lugares de convivencia y tolerancia, con sistemas de gobernanza participativa que incorporen mecanismos de resiliencia para poder adaptarse constantemente a los desafíos que plantea su crecimiento.

En esa labor es clave contar con indicadores que permitan fortalecer la resiliencia urbana, la capacidad de una ciudad o comunidad para prepararse, responder y adaptarse a posibles riesgos y tensiones, como desastres naturales, crisis económicas, cambios demográficos, epidemias de salud, etc., con estrategias que integren aspectos económicos, sociales, ambientales y de gobernanza.

En ese camino ya iniciado para convertirse en resilientes, ¿qué pueden hacer las ciudades para poder proteger a sus habitantes? ¿Qué herramientas se pueden implementar? Más allá de las certificaciones y estándares ISO que avalan ciudades y comunidades sostenibles, lo cierto es que, para volverse más sostenibles, tienen el desafío de respetar los límites planetarios y tener en cuenta las limitaciones que imponen estos límites.

A ello se suma el proceso de transformación digital, con nuevas tecnologías interconectadas y colaborativas, que facilitan aún más la elevada capacidad de conocimiento e innovación de lo urbano para dar respuesta a los grandes retos globales como son los ODS. Para el Dr. Santiago Castellà, profesor titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universitat Rovira i Virgili (URV) y fundador de Knowurban.net, en este escenario debemos ser «capaces de concebir un proyecto universal para los procesos de globalización y digitalización» de las ciudades e implementar la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana con un enfoque de derechos humanos.

La Dra. Esther Subirà, con una amplia experiencia docente en la Universitat de Barcelona en las áreas de empresa, en su artículo «Entidad urbana y marketing», advierte de que si bien «la infraestructura y las aplicaciones tecnológicas son requisitos previos, no se puede conseguir una ciudad inteligente sin un compromiso real y la voluntad de colaborar y cooperar entre las instituciones públicas, el sector privado, el tercer sector, las escuelas y los ciudadanos».

La búsqueda de identidad de cada urbe –hacia ese funcionamiento universal que promete lo smart– y el derecho a la ciudad –una nueva concepción de la ciudadanía global y local orientada a la plena realización de los derechos humanos– se plantean como los instrumentos para lograr el bienestar colectivo, favoreciendo la sostenibilidad.

Emergencia climática: realidad, mitigación y adaptación

Dr. José María Baldasano Recio
Académico Numerario de la RAED

 

Jose María Baldasano

Resumen

Estamos en una situación de emergencia climática, sus efectos son manifiestos y presentes cada vez de una forma más acelerada –no son cosa del futuro–. El aumento de la temperatura indicado en el informe AR6 del IPCC (2021) muestra, sin ninguna duda de forma unívoca, que las emisiones humanas de gases de efecto invernadero (GEI) son responsables del actual cambio climático. Las probabilidades de que el calentamiento global supere los 1,5 °C en las próximas dos décadas son del 50 % a menos que se produzcan reducciones inmediatas y a gran escala de las emisiones de GEI. Estas deberían descender un 7,6 % anual entre el 2020 y el 2030 para poder limitar el aumento a solo 1,5 °C que es el objetivo del Acuerdo de París (UNEP, 2019), otras fuentes indican que los esfuerzos deberían reducirse al 12,9 %. La transición energética
del modelo basado en los combustibles fósiles a un sistema energético descarbonizado, será altamente compleja y complicada. Condicionada, por decisiones con un elevado grado de incertidumbre, de defensa de intereses creados, de tensiones geopolíticas, que ya se están viviendo.

Los efectos e impactos climáticos, tanto presentes como futuros, amenazan ya el manejo de las infraestructuras básicas que soportan el funcionamiento de la sociedad y exigen respuestas inmediatas de adaptación.

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